Cuando me toca dar conferencias de desarrollo humano, comunicación o capacitación para el trabajo, ya sea en Centros de Educación Superior o empresas de muy buena trayectoria, me encuentro muy a menudo con preguntas que me indican claramente que los participantes viven a flor de piel el miedo al fracaso.
Estudiantes con altos cocientes de Inteligencia y profesionistas con buenos puestos y mejores sueldos manifiestan su temor a no trascender, a no “armarla” a no “hacerla”.
¿A qué se debe ese temor? Hay varios factores: En primer término, una bajísima auto-estima al no reconocer los talentos propios y/o las capacidades propias para aprender nuevas habilidades.
Al desconocimiento de técnicas y estrategias para resolver problemas y lograr metas tangibles. Al escaso dominio para manejar la crítica y el ridículo.
A desconocer el proceso de toma de decisiones, para llevar a buen puerto cualquier plan. Eso se aprende… hay técnicas… hay que ponerlas en práctica ¡desde ya!
Te compartiré de inicio diez razones probadas que alimentan el temor al fracaso y comprobar que es posible darle vuelta a tan triste situación.
- Nacer con alguna enfermedad congénita. Es una situación muy difícil de superar pero no imposible. Te invito a leer las biografías de Stephen Hawkins, Nick Vucijic, Hellen Keller, y Susana Jiménez.
- Se fracasa porque no se tiene un objetivo definido en la vida. Urge que todos sepan cuál es su vocación y la ejerzan, prepararse para ello y hacerlo lo mejor posible cada vez, nos llevará a la certeza de la ejecución precisa que no admite fracaso.
- Se fracasa por conformismo. Hay que hacer planes altos y ambiciosos para caminar en la certeza de la abundancia y la prosperidad.
- Se fracasa por no procurarse suficiente cultura, habilidades sociales y educación. Todo eso se logra, leyendo, asistiendo a cursos y seminarios y desarrollando la inteligencia interpersonal.
- Se fracasa por falta de disciplina personal. Si la persona no maneja sus tiempos o sus recursos, si no es congruente con su pensar decir y hacer, si comienza cosas y no las termina, entonces tendrá temor provocado por su propia indisciplina.
- Se fracasa si se es enfermizo. ¿Cabe mayor comentario? Sin la salud, no hay nada.
- Se fracasa por las malas influencias de niñez. Si nuestra educación fue de pobreza, golpes o desamor y aparte hubo negligencia en el aprendizaje de cosas básicas, habrá siempre un temor de no manejarse adecuadamente en distintas situaciones.
- Se fracasa a causa de tener el hábito de dejar todo para después, es decir, posponer lo que se tiene que hacer.
- Se fracasa por falta de persistencia. Los que son de impulsos cortos no llegan muy lejos.
- Se fracasa por poseer una personalidad negativa. Entiéndase: quejumbrismo, pensamiento negativo, actitudes nefastas y lenguaje soez, aquí también se incluye una manera descuidada de vestirse y asearse.
Trabajar en mejorar estos aspectos implica un cuidadoso automensaje de aceptación y buscar los mecanismos adecuados para trascender. En próximos escritos mencionaremos otras.
Suerte a todos.
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