¿Los mexicanos aún necesitamos del látigo para trabajar?

¡Buen día tengan todos ustedes mis queridos lectores! Hoy les voy a compartir una reflexión sobre nosotros los mexicanos.

Me llama sobre manera, al escuchar muchas historias dentro de mi consulta cómo aún las madres y los padres infligen castigos a sus hijos cuando no cumplen sus expectativas, aún y cuando los estudiosos de la conducta han encontrado que el uso y abuso del castigo genera repercusiones importantes en la autoestima, y conociendo que los cambios de la conducta producto del castigo son inestables y poco duraderos; genera ira, rabia, resentimiento, confusión, tristeza y depresión. La confusión viene al saber que aquellas personas que en teoría nos deberían proteger nos humillan y, amenazan nuestra integridad, sin la posibilidad de odiarlos, pues son nuestras figuras de “amor”. Como dice el escritor Leo Buscaglia en su libro “El Amor” que: los niños aceptan a esos padres maltratadores pues es mejor tenerlos que quedarse vacíos y solos, aún y cuando sus progenitores sean violentos, entonces los niños vinculan el amor a los castigos, “Pégame pero no me dejes” “si no me pegas no me amas”. Y, ¡qué decir de cuando los castigos rayan en violencia! ¡El daño es mayúsculo! (Ese tema lo tocaré en otro artículo).

Qué decir de los profesores, que aún y cuando son los encargados de la segunda educación muchas veces no comprenden las necesidades de sus educandos y, solo optan por el castigo, por fijarse en los errores y no en los avances; además de verse a merced de su ignorancia cuando se enfrentan a un niño con necesidades especiales como son los niños con TDAH (Transtorno de Déficit de Atención con Hiperactividad).

Al irse al ámbito laboral, los patrones aún y cuando tengan excelentes empleados a su cargo, inteligentes, creativos y productivos, este no es reconocido. Sino que los jefes se fijan cuando el empleado falla, omite o ignora. Y todo eso positivo que genera el empleado, jamás es RECONOCIDO. ¿Lo ha vivido?

De esta manera, llego a una primera conclusión: LOS MEXICANOS SOMOS UNA CULTURA DEL ERROR YA QUE SOLO NOS DAMOS CUENTA QUE EL OTRO EXISTE CUANDO ESTE FALLA, DE LO NEGATIVO. CON UN ANHELO DE SER RECONOCIDO EN TODO ESO QUE HACEMOS BIEN.

¿Cuándo comenzamos a aprender esa actitud? Desde que fuimos concebidos, ese guion se encuentra en la cultura.

Este articulo continuará en nuestra siguiente publicación, ¡ Espérala !

Al adquirir DISCIPLINA, esta le sirve para cualquier área de su vida, aun y cuando deje de estudiar convirtiéndose en una persona exitosa en la vida, siendo el líder de su destino.