Amar no es Poseer

Diálogo de dos amigos:

-¿Aún la extrañas? ¿A quién, al amor de mi vida? No, ni un poquito.

-¡Qué extraño eres! ¿Cómo puede ser el amor de tu vida alguien a quien ni siquiera extrañas?

-¿Sabes qué pasa cuando las frutas maduran, ¿No?

-¿Se separan del árbol?

-Así es. Ahora mi amor es como una fruta madura. Y me he separado de mi árbol.

Y madurar invita a dejar ir, incluso cuando se trata del amor de tu vida. Por eso no la extraño. Al fin y al cabo, si la vida quiere, nos volverá a reunir. Y si nunca sucede, siempre recordaré algo; ella me hizo conocer el amor, y más que eso, me hizo madurarlo. Aprender que amar, no significa poseer.

¡Cuánto sufrimiento se evitaría si aprendiésemos a pensar de esa manera! A disfrutar el amor, la persona y el aprendizaje que produce una relación. Cuando está vigente, en el aquí y ahora.

El día de San Valentín, muchas personas sufren recordando un gran amor; lo extrañan, no lo sueltan, no lo dejan ir. En la relación amorosa, hay que aprender a soltar y dejar ir. Debe ser un gran aprendizaje de vida. Nos ahorraría muchas noches de insomnio, muchos dolores del alma que son innecesarios.

Ese solo aprendizaje, bastaría para que tuviésemos una vida libre de sobresaltos de dolor emocional, y que fuese vivida sin ataduras y desesperanza.

Es hora de atesorar experiencias pasadas del corazón y liberar lo que ya no funciona y no tiene remedio. Resignación y sabiduría amorosa es el nombre del juego. Feliz día de San Valentín!

Saludos Cordiales.

15/Febrero/2016