La naturaleza es sabia, y nos ha dado todo lo necesario para subsistir, a ella le interesa la preservación de la Vida y es tan sabia que hasta la finalización de ésta llamada muerte, está al servicio de la Vida misma. Y desde mi punto de vista, los seres humanos trasgredimos las normas naturaleza.
De esta forma, también nos ha dotado de una fuerza, que está al servicio de la Vida, y es la AGRESIVIDAD, este impulso y capacidad nos permite preservar nuestra vida al podernos defender de nuestros agresores y depredadores y por lo mismo también nos volvemos depredadores y agresores. Esto no es erróneo, verlo de manera contraria es antinatural. Es tan fuerte y claro este aspecto, que tenemos un centro de la agresividad en la base del cerebro dentro del Sistema Límbico, ligado a la estructura llamada amígdala. Y la testosterona, hormona que proporciona las características psicobiológicas del hombre, los investigadores han encontrado que esta hormona está íntimamente ligada a la conducta agresiva. Es decir a mayor nivel de testosterona mayor nivel de agresividad y sí vemos que el hombre a diferencia de la mujer, una de las actividades arquetípicas inherentes a él es la cacería, es cazador por naturaleza aunque por nuestro carácter social, esto no exime a la mujer de aprender realizar esta actividad sabiendo que en su organismo se presentan niveles de testosterona generados por las glándulas suprarrenales en cantidades mucho menores que en el hombre.
Sin embargo, insistimos que la Agresividad nos es natural y está al servicio de la Vida. La expresión se ve reforzada o extinguida por el aprendizaje, al desenvolvernos en ambientes más o menos agresivos.
La agresividad, se manifiesta en diferentes formas: el coraje por ejemplo, tan requerido por los deportistas para remontar una situación adversa; en la ambición por lograr metas; la fuerza para poner límites; en la Resiliencia (es la capacidad para remontar emocionalmente a situaciones adversas, por ejemplo el superar las secuelas de la guerra o vidas llenas de privación económica o emocional).
Pero, no todas las manifestaciones son positivas también la culpa excesiva es una expresión de la agresividad vuelta hacia sí mismo. Y la que nos interesa en el presente artículo es la VIOLENCIA.
La violencia es la expresión de la agresividad que va en contra de la vida, es antinatural y es un producto de la socialización. Ya que aún el más feroz de los animales ataca solo al servicio de la vida: comer, marcar territorio establecer dominio para asegurar la fecundidad y por lo tanto la descendencia. La Violencia es el ejercicio de la agresividad de forma irracional, en la que se ve involucrado un victimario y una víctima, y cuyo objetivo es ejercer PODER sobre un ser desprotegido o en desventaja física, emocional o social por puro placer, a lo que se atribuyen cualquier clase de razones para justificar el ejercicio.
El tipo de violencia más estudiado es el que el hombre ejerce sobre la mujer y en la cual se presenta como:
En la relación de pareja se han establecido tres fases:
Cuando hablamos de violencia, nos concretamos a hablar de la que el varón ejerce sobre la mujer. Pero ¿es ésta la única expresión de violencia? No, por supuesto que no, la mujer también ejerce violencia, pero su estilo de violencia es más fino que la del hombre.
Mientras que el hombre ejerce una violencia más visible como es el control económico, la violencia verbal y sobre todo la violencia física. Por su parte la violencia que la mujer ejerce hacia el hombre, es una violencia psico – emocional a través de la culpa y la descalificación, utilizando la comunicación no verbal principalmente, solo basta con levantar una ceja o chasquear la boca y hacer una mueca para lograr su propósito.
Cuando ésta ejerce la violencia hacia otras mujeres, ella misma afirma “Entre mujeres nos destrozamos pero jamás nos haremos daño”. El chisme, la hablada, la descalificación, la exaltación de los defectos, son las principales armas para lograr su propósito. No hay nada más peligroso que una mujer herida, se torna inmisericorde ante un hombre o una mujer.
En un programa de televisión de paga, en donde se reúnen un grupo de cuatro mujeres que se autodenominan divinas, me toco ver uno de los episodios más funestos de mi vida y de dicho programa. Ahí comentaban lo sucedido a un hombre que era “infiel”, y en una ocasión en que llegó borracho éste se quedó dormido y sin ropa; su mujer se dio cuenta y tomo un pegamento que “pega con locura” y le puso a su pene pegándolo a su vientre, y cerrándole el orificio para orinar con dicho pegamento. Las conductoras entre risas de sorna, comentaban de forma irresponsable que “bien había hecho” que se “merecía eso y más”. La situación no paró ahí, al despertar el señor tuvo que ir al médico y para quitar el pegamento el doctor tuvo que utilizar solvente, causando quemaduras en esa zona, aparte del bochorno de asistir al médico en esas circunstancias. Las conductoras, reían en franca incitación a presentar conductas de esta naturaleza, sin la conciencia que esto es violencia, algo que ellas están en lucha.
Me parece que es una actitud irresponsable por parte de las conductoras, ya que si alguna televidente en una similar situación y si tiene alguna afectación de tipo psicológico, esta invitación la llevaría a actuar en forma violenta.
Estoy de acuerdo que posiblemente fue una conducta originada por la violencia de su esposo, pero ¿esto es legítimo? ¿La victima para liberarse de su victimario se tiene que volver como él? Sin duda que hay muchos recursos antes de realizar una conducta de esta naturaleza. La mujer seguramente se sentía víctima, y la víctima en vez de aceptar su incapacidad para enfrentar y superar su situación, culpa al victimario, generando rabia, la cual reprime por miedo. Pero cuando sale esta rabia, sale en forma irracional llegando a cometer actos como el antes expuesto. ¿Esto es salud? ¿Es correcta la actitud de las conductoras? A mi parecer no, pues es invitar e incitar a la violencia. Y reir de ello, esto me parece espeluznante.
Pudieron hacer patente lo incorrecto del acto, invitando a las televidentes que se encuentran en ese caso a buscar ayuda profesional, a buscar instituciones (que hoy en día son muchas) para defender sus derechos, a conservar la integridad, a luchar por sus derechos y liberarse de la violencia masculina pero por otros medios. Su actitud fue deleznable. Tienen una gran responsabilidad al ser comunicadoras, y de un programa con alto raiting, con mayor razón, es importante tener cuidado con lo que se dice y con lo que se permite.
Muchas mujeres son o han sido “infieles”, cabría la posibilidad de poner pegamento en la vagina, o cortar los pezones o aún peor, matarla como lo hacen los pueblos del medio oriente, matarlas lapidándolas ¿esto es lo correcto? Si esto lo hubiera hecho un hombre ¿Qué pensarían? Y que algún comunicador lo hubiera pasado dicho en un programa similar entre risas e incitaciones ¿Qué pensarían? ¿Cómo hubieran reaccionado las mujeres, las feministas, el gobierno? En este caso la sociedad se hubiera volcado sobre los comunicadores, pero afortunadamente lo dijeron ¡mujeres! y pasó sin mayores consecuencias. Ni siquiera una llamada de atención por parte de la televisora para la cual trabajan, o de alguna autoridad o de alguna organización de lucha contra la violencia.
Hombres y mujeres tenemos que tomarnos de la mano, y ejercer acción en contra de la violencia, ejercida ya sea por hombre o por mujeres. Eso no importa pues todos somos seres humanos.
De esta forma puedo definir a la violencia como: TODA ACCIÓN DE AGRESIVIDAD EJERCIDA POR ALGUIEN CON EL OBJETIVO DE EJERCER PODER SOBRE ALGUNA PERSONA O GRUPO VULNERABLE.
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