El Poli, en Plena Lucha por la Educación de Calidad

Durante el mes de septiembre de 2014, se dio a conocer por parte de las autoridades del Instituto Politécnico Nacional, un nuevo reglamento y nuevas disposiciones para modificar el plan de estudios de los estudiantes de dicha institución. En cuanto se enteraron de su contenido los integrantes de la comunidad politécnica anunciaron paro de labores y marchas para hacer saber su inconformidad, tanto a las autoridades estudiantiles, como a la sociedad mexicana y al gobierno.

Entre otras inconformidades, manifiestan los líderes de dicho movimiento, que se está tratando de imponer un reglamento en el cual los propios estudiantes no fueron consultados; que el nuevo plan de estudios empobrece la preparación tecnológica, ya que se pretenden eliminar materias clave en el ejercicio de las carreras tecnológicas y científicas y se pretende reducir las horas de instrucción presencial… las versiones indican que sí, se graduarían como ingenieros pero con preparación de técnicos lo cual les deja en posición desventajosa para competir y se convertirían en mano de obra barata tomando en cuenta que las reformas aprobadas por el gobierno demandarán grandes cantidades de gente especializada en ingeniería, ya que se pretende implementar el nuevo aeropuerto, trenes modernos que corran entre ciudades, y apertura de plazas para la explotación de nuevos mantos petroleros y refinerías.

Ante ese panorama, las compañías extranjeras traerían su personal bien pagado en puestos claves de liderazgo, compra de maquinaria y vagones del extranjero, como ya ocurre, ya que los trenes del metro son de manufactura francesa, y los metrobuses de construcción brasileña, dejando a los ingenieros nacionales en clara desventaja en favor de todo lo extranjero.

La protesta de los jóvenes politécnicos tiene tintes muy particulares, aparte de las causas que propiciaron, está el factor de que esta generación en particular sí tiene deseos de estudiar y está defendiendo legítimamente ese derecho. El paro no es por flojera o deseos de perturbar el orden, hay causas nobles y justas.

La sorpresa ha sido que, a diferencia de otros movimientos estudiantiles, (1968 y 1972) sumamente dolorosas, en esta ocasión se han presentado situaciones nunca antes vistas:

• El secretario de gobernación salió de sus oficinas a escuchar a los jóvenes y a recibir en mano, su pliego petitorio.
• A los pocos días, el gobierno autorizó absolutamente todos los puntos del pliego petitorio, entre ellos, la destitución de su directora Yoloxóchitl Bustamante.
• En sus marchas los alumnos del Poli han sido respetuosos de los lugares por donde han marchado, ya que no han vandalizado, saqueado o efectuado pintas como se acostumbra en algunas marchas estudiantiles.
• Los estudiantes marchan con sus credenciales en la mano y hasta ahora se percibe que mantienen un diálogo abierto con los medios de comunicación que los requieren.

Hasta el momento de expresar esta opinión escrita, los estudiantes siguen en paro, ya que también les tomó por sorpresa que se les hayan concedido todas sus peticiones lo cual da lugar a muchas posibilidades ya que es un hecho inédito.

Tomando en cuenta estos antecedentes comentaré brevemente algunas acciones que debieron haberse llevado de mejor manera, aunque de la forma como se dieron, los observadores y analistas saben que hubo un cambio radical en la manera de abordar un tema tan complejo como delicado ya que toca muchas aristas y muchos intereses que deberán ser salvaguardados.

Los intereses que se juegan aquí son:

• El costo político para la administración en turno.
• El ciclo escolar para los propios estudiantes.
• La paz social, si no se da solución rápida e inteligentemente.
• La imposición del nuevo programa.
• Una mejora sustancial de las condiciones del POLI, que todos sabemos, son menos favorecidas que aquellas que se conceden a la UNAM.
• El riesgo de sentar un precedente en el retroceso aceptado del empobrecimiento de las carreras politécnicas.

En la situación en la que se encuentra el conflicto, se corren muchos riesgos: los estudiantes no han sabido que hacer con la concesión de todos los puntos establecidos y decidieron proseguir en paro. Hasta el día de hoy están organizando juntas de respuesta al gobierno y éste ha canalizado los diálogos delegándoselos a la SEP.

Se corre peligro de que al aceptar todos los puntos del pliego petitorio, incluyendo la derogación del nuevo plan de estudios y la destitución ya efectuada de su directora, los alumnos incrementen sus peticiones y se entrase en una trabazón en las negociaciones que pudiese traer mayores complicaciones.

Tal vez se debió haber ido paso por paso para negociar jerárquicamente el conflicto y no saltarse pasos. Por ejemplo: sentarse en mesa de diálogo y negociaciones con las autoridades del Politécnico y su consejo académico; si esa instancia no procedía, entonces con el Secretario de Educación. En tercera instancia, con el Secretario de Gobernación, ya que es el jefe de la directora del Poli. Dicho sea de paso, este tipo de conflictos no debe de dilucidarse en la calle. Hay muchos recintos dignos para sentarse a dialogar civilizadamente.

En fin, no parece haber solución inmediata, al momento de terminar este escrito, una comisión de 20 estudiantes del POLI se presentaron en la cámara de Diputados para expresar que sí aceptan dialogar pero abiertamente, y que las negociaciones se televisen por canal 11.

En la unión de su lucha y como lema los estudiantes están usando una frase del gran estratega mongol Genghis Khan: “Una flecha sola puede ser rota, pero muchas flechas son indestructibles”

Admiración por la lucha del Politécnico por no dejar que se empobrezca la educación, un aplauso por la manifestación ordenada y pacífica apelando a la razón y al diálogo y al deseo ferviente de estudiar como mandan los cánones!

A toda la comunidad Politécnica, maestros, alumnos, egresados y administrativos un saludo, con la esperanza que este conflicto tenga una solución viable para todos los implicados.

¡WELUM! ¡WELUM!

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