Tal vez esta sea la primera vez que escuchas el nombre de René Quintón.
Nació en Francia en el año de 1866 y falleció en 1925.
Hijo de un médico, se interesó en la salud de las personas desde temprana edad aunque nunca estudió medicina. Prefirió ser observador de la vida y estudioso de las leyes de la Naturaleza.
Fue un gran auto-didacto y se dedicó de lleno a estudiar las propiedades del agua de mar.
Comenzó por curar perros enfermos que recogía en la calle y les inyectaba… agua de mar! Y los perros… ¡Sanaban!
Poco después de esos hallazgos, comenzó a tratar a niños raquíticos, enfermos de gastroenteritis, a personas con infecciones de la piel y desnutridos. Con sus inyecciones de agua de mar combinada con agua tratada, en cantidades calculadas respecto al peso y la temperatura basal del paciente, logró resultados espectaculares notándose una mejora en los enfermos incluso en horas… en poco tiempo dejaban de padecer los dolores de la enfermedad, recuperaban peso, color, y obviamente salud.
El impacto de las curaciones que lograba Quintón, con su método, pronto llamó la atención de su comunidad y comenzaron a desfilar delante de su casa decenas y después cientos de pacientes y se optó por abrir varios centros de atención a enfermos denominados como dispensarios marinos, así como también, la comunidad científica de la época y las autoridades sanitarias, deseaban saber quién era el hombre del cual se hablaba, tenía una cura milagrosa que otros métodos no tenían. Ante tal acontecimiento, se dio a la tarea de entrenar a otras personas y encontró publicidad de parte de un médico que se había beneficiado de su método, el Dr. Jarricot, quien lo mencionó en uno de los libros que escribió y le brindó todo su reconocimiento como investigador serio en asuntos de salud.
Llegó el tiempo en que la envidiosa y celosa medicina tradicional, puso en tela de juicio la preparación de Quintón ya que no contaba con un título Médico oficial. Aunque la comunidad médica homeopática, como medicina alternativa apoyó su método, Quintón fue apartándose de su afición por aplicar métodos curativos con agua de mar y comenzó a dedicarse a otras actividades como la aeronáutica y la milicia, áreas en las que fue muy brillante al desarrollar aviones monomotor para la guerra, y servir como soldado y escalar altos rangos y lograr medallas como héroe durante la Primera Guerra Mundial.
Se reconoció a Quintón a nivel científico y se le otorgó el Título de “El Darwin Francés”
La herencia de Quintón y sus métodos de curación se preservaron hasta mediados de los años 80 en dónde nuevos y modernos métodos terapéuticos, suplieron el uso del agua de mar.
A tiempo presente, hay algunos avezados investigadores que han re-tomado parte de las técnicas de Quintón aunque con innovaciones sustanciales… tal es el ejemplo del aragonés Ángel Gracia, nutriólogo, médico y experto investigador en el estudio de las propiedades del vital y marítimo líquido, quien lleva muchos de sus ochenta años aplicando en la realidad, diversos usos y aplicaciones para el AGUA DE MAR.
Mitos:
Realidades comprobadas:
Este estudio se basa en las siguientes premisas:
Nosotros citadinos tal vez no tengamos manera de utilizar tanto el agua de mar, pero muchos tenemos familiares que viven a nivel del mar y esta información puede serles de utilidad. No está de más.
Saludos cordiales
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