Todos Deseamos Éxito en la Vida

Y a veces parece inalcanzable o imposible. Parece que se suman todos los obstáculos para que esto no sea así.

Cada quien tiene su propia definición de éxito, pero todos estamos de acuerdo en que lograr lo que deseamos, obtener lo que planeamos y nos proponemos y tener a nuestro lado a las personas que amamos, equivale a ser exitosos.

El éxito es escurridizo. Definitivamente, como toda actividad humana requiere planeación, dedicación, paciencia, conocimiento, recurso y sobre todo, valor y perseverancia a toda prueba… por eso el éxito no es para cualquiera sino para el que se prepara y se disciplina a hacer lo que se tenga que hacer le guste o no, para lograr sus objetivos, en otras palabras, ser constante hasta ver los sueños cristalizados.


Los latinos somos de impulsos cortos. Persistir en nuestros objetivos, también tiene sus grados de dificultad. Al persistente se le acusa de necio, terco, obstinado o loco. En este punto me gustaría invitar a mis lectores a que lean la biografía de su ídolo favorito, de su estrella o cantante favorito, de su héroe de vida o su personaje histórico o real que haya tenido grandes éxitos para que vea la certeza de lo que aquí se comparte.

El camino al éxito lleva dolor, porque de pronto estás solo con tus sueños y te miran con duda y escepticismo en los momentos en los que más apoyo y comprensión necesitas.

A veces habrá que llorar las pérdidas, las frustraciones y la indiferencia de quienes no comparten tu misión de vida.

Los amigos que no tienen tu visión y que no siguen tu paso y tu ritmo o tu ilusión y realizaciones a alcanzar, se alejarán de ti y te comenzarán a verte como extraño… tú también los comenzarás a ver extraños, ya que poco a poco, dejarán de hablar el mismo idioma. (metafóricamente hablando)

Una de las fases más tristes de este proceso es que es la propia familia la que no cree en los planes y te da la espalda. Escuchas muchas frases negativas de ausencia de logros: “No vas a poder”, “eso está muy difícil”, “ya se intentó antes y no se pudo” “ya deja eso y mejor haz algo productivo” “dedícate a algo seguro” en fin, muchas frases desalentadoras que hacen más pesada la carga camino al éxito.

Habrá gente que te odie, por el simple hecho de que estás tratando de hacer algo que no hace el común de las personas.

En ese camino del logro, llegará el momento en que dudes de ti y tu proyecto y empezarás a pensar que los demás tienen razón y tú no. Será el momento de hacer una pausa y re-valorar lo que estás haciendo… fijarte en qué estás haciendo bien y modificar lo que no resulta, pero no abandonar tu proyecto bajo ninguna circunstancia.

Ante la confusión de todo lo que te dicen, todo lo que no te sale, todos los obstáculos y todas las dudas en tu cabeza, habrá días en que creas que te vas a volver loco. Eso no ocurrirá. La clave es pausa, timón firme y confiar en tus talentos y la valía de tu meta.

Desarrollarás hábitos raros. Tal vez te vuelvas trabajólico, o fumes más o te conviertas en adicto al café, o te vuelvas más desesperado y gruñón por lograr resultados más rápidos, tal vez te encuentres más estresado… todo forma parte del paquete en tu viaje al éxito.

Sin duda perderás dinero. Tomarás decisiones financieras equivocadas que lamentarás. Es el precio del aprendizaje. Si persistes, aprenderás a controlar las crisis, pequeñas, medianas y grandes. Ya nadie te contará, ya que la experiencia te enseñará a cuidar tus inversiones por medio de tomar decisiones más precisas y sea lo que sea que hagas, el objetivo es que cada vez más veces, lo que pienses lo trabajes y lo lleves a buen término.

Esas son las penurias del camino al éxito, si lo enfrentas y lo vences podrás comentar con orgullo contando tus logros. ¡Qué difícil ha sido, pero… ha valido la pena!

Saludos Cordiales.